El lifting trata las estructuras con excesiva laxitud a nivel facial, centrándose en las mejillas y el reborde mandibular, así como en las regiones perioculares y temporales. Algunas veces se incluye en esta
operación la frente y la elevación de la cola de las cejas (lifting frontal) o se pueden añadir como una intervención separada.
Las incisiones de esta intervención se realizan por dentro del pelo a nivel temporal, luego pegadas a la entrada del conducto auditivo externo, para después rodear el lóbulo de la oreja y ascender detrás de la oreja, siguiendo finalmente la línea de implantación del cuero cabelludo. A través de estas incisiones se realiza un despegamiento más o menos amplio de la piel facial, al objeto de poder obtener un mejor tensado de la misma y facilitar la escisión del sobrante.
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También es posible abordar los tejidos subyacentes, para tensarlos de tal forma que no sea solamente la piel la que se vaya a someter a tracción, sino también los tejidos profundos. Mediante el mismo abordaje el cirujano puede
reducir acúmulos grasos o tensar músculos que han quedado flácidos, proporcionando a la cara un aspecto más firme.
Después de la intervención probablemente tendrá algunos cardenales, hinchazón de la cara, sensación de tirantez y posiblemente acorchamiento en algunas áreas de la cara y del cuello. Con el tiempo su aspecto irá mejorando y en un período de dos a cuatro semanas puede hacerse una idea bastante definitiva de cómo será su aspecto. La mayor parte de las cicatrices estarán escondidas dentro del pelo por encima de la oreja o dentro de las líneas y pliegues normales cutáneos por lo que las
cicatrices son prácticamente imperceptibles.
Actualmente se da preferencia a realizar estas intervenciones a partir de los 40 años o incluso antes en algunas circunstancias. Antes de esta edad, otros procedimientos mínimamente invasivos pueden mantener un aspecto juvenil durante un tiempo.
Las intervenciones de
estiramiento facial no sólo logran un rejuvenecimiento considerable, sino que además, cuando están bien realizadas consiguen un resultado duradero. Si con el paso de los años aparecen nuevos signos de envejecimiento, se puede realizar una reintervención, consistiendo a menudo en un simple retensado a través de las incisiones previas.
Lifting Secundario
Los estigmas más frecuentes de un lifting son la denominada
cara sobretratada y cuello infratratado, con papadas evidentes, bandas o laxitud en el cuello no resuelta, mejillas demasiado estiradas y planas, y pliegues cutáneos que cruzan el reborde mandibular, claramente visibles al mirar hacia abajo. Es habitual encontrar también
deformidades en la oreja como la retracción del trago o del lóbulo (deformidad en “pixie ear”), cicatrices ensanchadas o hipertróficas y pérdida parcial o completa del pelo en la patilla.
El Dr. Casado y su equipo realizan técnicas complejas que resuelven los
problemas de laxitud y volumen excesivo del cuello y la papada y revisa las cicatrices previas para aplicar la tensión en los tejidos profundos que evitan que la piel cicatrice de modo inadecuado por una elevada tensión superficial.